Hace unos días, me contactó un padre preocupado por el acople de su hijo de 5 días de nacido.
Acudí a su casa para ver qué estaba pasando. Al llegar allá me encuentro con una hermosa familia, padres primerizos, papá preocupado y madre con dolor en los pezones producto de grietas; ambos angustiados porque no había un buen acople.
Al revisar y pesar al lactante me doy cuenta que ha bajado cerca de un 18% de su peso y que su fontanela (llamada coloquialmente “mollera”) estaba hundida.

Pregunto cada cuánto tiempo están amamantando al lactante. Me dicen que 4 veces al día y que no acopla bien.
Realicé derivación a médico de forma inmediata. Extraigo leche de la mamá para alimentar con sonda a dedo al lactante y practicamos el acople.
Afortunadamente él ahora se encuentra bien, recuperando su peso y sin signos de deshidratación.
Con base en este caso quiero compartir con ustedes los signos de alarma por deshidratación en lactantes para saber cómo prevenir y cuándo se debe acudir a un profesional.Un lactante recién nacido hasta el mes debe realizar al menos 8 tomas de leche, ya sea lactancia materna o fórmula diaria.
No pueden pasar más de 3 horas sin ser alimentados. A pesar de que siempre hablamos que la lactancia materna debe ser a libre demanda y claro que es cierto, antes de que cumplan un mes tenemos una pequeña regla, y es que si no despiertan antes de las 3 horas, debemos despertarlos nosotras para ser alimentados.
Otro signo es el pañal mojado: los lactantes deben mojar 1 pañal, más una deposición el día 1 de nacido.
2 pañales mojados el día 2.
3 pañales mojados el día 3, con progreso sucesivo los siguientes días hasta el día 6 en el que mojan 6 pañales diarios y realizan 4 deposiciones diarias.
Al mes ya mojan 6 pañales y defecan de 4 a 12 veces al día (consultar también sobre la disquecia del lactante). Cuando vemos menos pañales mojados que los señalados, es signo de alerta.
Mala alza de peso: cuando un lactante no está subiendo de peso o incluso bajando, debemos acudir a nuestro pediatra para saber si es por una mala transferencia de leche producto de mal acople o anquiloglosia; por una hipoalimentación, por una alergia alimentaria u otra patología que imposibilite la ganancia correcta de peso.

La fontanela hundida es una importantísima señal de deshidratación en el lactante. Ahí debemos evaluar si está realizando las tomas apropiadas; si hay una buena transferencia de leche en caso de ser lactancia materna; evaluar si es un problema de acople o anquiloglosia, etc.

Si vemos estos signos de alerta en nuestra cría, es importante consultar inmediatamente al pediatra y acudir a clínica de lactancia o con nuestra asesora de lactancia para que ayude a mejorar el acople y evitar así que vuelva a pasar.
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